jueves, 28 de octubre de 2010

Échame el Carro a mí.

Hoy en la clase de matemática, fui humillado públicamente cuando la profesora de ésta materia me acusó frente a mis compañeros, de algo tan ridículo como robarme sus preciadas y a la vez odiadas guías de matemática. El caso es que, por su falta de eficiencia, me vi envuelto en un espiral de mentiras lánguido por parte de ésta profesora.

Éste ente ignorante, se dignó a argumentar sobre la supuesta razón de éste falso acto, llegando a la estúpida conclusión de que yo tengo algo en contra de mis compañeros de clase.

A razón de mis 13 años siendo desmoralizado lentamente en esta institución educativa, y de las decenas de faltas de respeto de decenas de profesores hacia mi persona, que se remontan hasta amenazas desde la primaria, he llegado a un punto donde cualquier tipo de acusaciones de verdad me resbala. Claro, ésto se ve intensificado si viene de una profesora que nos toma por ignorantes, nos ha discriminado y se a burlado de la gramática de nuestros representantes; pues se cree un ser todopoderoso dentro de nuestra institución educativa. Además queda evidenciado que su sentido moral es inexistente, cuando sabes que un par de salones más allá en tu mismo piso, dicho ente se encuentra dando clase a un salón en el que ésta su propia hija; ¿Eso no está prohibido por la ley, acaso el colegio no ha oído sobre la palabra "Imparcialidad"?.

Pero que se le hace, estoy en una posición demasiada comprometida en estos momentos cómo para seguir profundizando. Nos hallamos en medio de preparación para la universidad, estoy lidiando con un grupo de personas que se creen dueños de nuestra promoción y me quieren excluir de ella, existe un ambiente de división de grupos nunca antes visto en el colegio, tengo a varios profesores en la coronilla y el domingo tengo que subir a La Dolorita por cuestiones de labor social. Se despide, con ganas de cargarse el mundo entero con una AK47...

Cruel, pero siempre sincero; Ario.

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